Ari Vatanen es un piloto de rallys finlandés, que ganó el mundial de Rallys en 1981 con un Ford Escort. El finés es uno de los pilotos más laureados en el Rally Dakar, que ha conseguido ganar en cuatro ocasiones con Peugeot, en 1987, 1989, 1990 y 1991. En la categoría de coches empata a victorias con Stéphane Peterhansel, pero el francés además ha ganado el Dakar en moto seis veces.
Hubo dos ediciones del Rally Dakar en las que la suerte se comportó de forma diferente con el piloto de Peugeot. En 1988 tuvo mala fortuna, perdiendo la carrera por causas ajenas a lo deportivo, mientras que en 1989 la suerte estuvo de su lado y consiguió ganar su segundo Dakar.
Ari Vatanen |
1988: A mitad de carrera, cuando la caravana del Rally Dakar llegó a Bamako (Malí), el Peugeot 405 T16 de Ari Vatanen fue robado del parque cerrado. En aquel momento el piloto iba liderando la prueba.
El director del equipo Honda, pudo ver como el coche salía del parque cerrado, perono vio quién iba al volante. Quienes habían robado el coche pronto pidieron un rescate de 25 millones de francos, prometiendo devolver el coche si recibían el dinero.
La etapa de ese día dio comienzo sin la participación del Peugeot robado, que fue encontrado no mucho más tarde en las cercanías del parque cerrado. La organización no permitió que corriese la etapa, pero sí las siguientes. Tras las quejas de los demás pilotos, el presidente de la FIA, Jean-Marie Balestre decidió ordenar la descalificación del finés del Rally Dakar de 1988.
Finalmente el ganador de la edición de 1988 del Rally Dakar fue Juha Hankkunen, el compañero de equipo de Ari Vatanen.
1989: En esta ocasión el equipo Peugeot contaba en sus filas con Ari Vatanen y Jacky Ickx como pilotos. Cuando se acercaba el final del Dakar ambos pilotos de Peugeot tenían posibilidades de ganar, para evitar que la rivalidad entre ambos beneficiase a sus adversarios, Jean Todt, jefe del equipo Peugeot tuvo una curiosa idea. La idea del francés fue que el azar fuese el que decidiera quién sería el ganador. Jean Todt utilizó una moneda, la lanzó al aire y cayó del lado de Vatanen.
En la penúltima de las etapas Vatanen se perdió, llegando Ickx por delante de él a meta y sacándole ventaja.
Dentro del equipo ya se había decidido que el ganador debía ser Vatanen por lo que Ickx se paró en medio del camino y lo dejó pasar, consiguiendo el nórdico su segunda victoria en el Dakar.
La fortuna le jugó una mala pasada cuando el piloto no cometió errores. En cambio, cuando se equivocó de ruta y en una situación normal hubiera perdido la carrera, la suerte se puso de su lado para ganar.
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